Noche de fin de año es una de esas películas que hacen desear al espectador que el año que viene, en ese 2012 profético-apocalíptico, se acabe el mundo para que no hagan la segunda parte de este bodrio… de fin de año.
Sobredosis de azúcar en una película repleta de estrellas que aplica la fórmula de Historias de San Valentín.